SOS Wayle

Créannos que el título no es exagerado ni un poquito. Si hoy, mediados de mayo de 2010, no hay nadie que le de una mano al parque de nieve del norte neuquino, la apertura y posterior temporada invernal será muy difícil. Casi imposible. De hecho, no pudieron ni asistir a la Expo Nieve que se realiza en Capital Federal. Paradojas invernales: no participa de la muestra el único parque de nieve neuquino sobre el que hoy, viernes 14 de mayo, está nevando de lo lindo.

El Wayle es un parque de nieve con serias aspiraciones de convertirse en un centro de deportes invernales hecho y derecho, pero al que le falta una decisión política para sacarlo adelante.

Desde un inicio, el Wayle es manejado por el Club Andino Cordillera del Viento, cuyos integrantes, con mucho esfuerzo, hacen todos lo necesario para ponerlo a punto en cada invierno.
El Wayle está emplazado en tierras provinciales; es decir, públicas. Pertenece al gobierno neuquino -salvo Bayo, el único 100% privado, el resto de los centros de esquí de esta provincia son estatales pero concesionados: Chapelco, Caviahue, Batea Mahuida y el futuro Las Provinciales-.
Si bien en los últimos años han habido varios y a veces importantes aportes de dineros públicos para apuntalarlo, sostenerlo y desarrollarlo, la única salida posible para la continuidad del Wayle en el tiempo es el llamado a un concurso público, una licitación y una futura concesión del lugar. Esto permitiría a los eventuales concesionarios el usufructo durante una determinada cantidad de años del lugar, pero con un compromiso específico de inversión para garantizar el desarrollo de la montaña.
Hoy el Wayle tiene tres medios de elevación: pomitas que se colocan dos uno detrás del otro, para ganar altura; y un tercero para principiantes. Pero también tienen en galpones una silla doble de unos 600 metros que no puede ser colocada porque el Club Andino Cordillera del Viento no puede bancar una inversión de tal tamaño.
La silla no es de última generación; es una doble uno de cuyos tramos fue donada por la gente de Cerro Bayo; mientras que el otro fue comprado con dineros públicos a Chapelco. La silla sigue guardada, porque no hay plata.
Nobleza obliga, las últimas administraciones provinciales han hechos sus aportes -dinero- para el sostenimiento del parque de nieve. De hecho, además de la silla se les otorgaron fondos para comprar un pisanieves usado en Chapelco. Pero aún se adeudan 150 mil pesos del año pasado, que es lo que reciben en todo el año.

Sucede que el problema del Wayle no es coyuntural; es estructural. No es sólo cuestión de poner plata. Hay que saber y definir dónde, cómo y para qué se la pone. Debe ser una inversión; no un gasto.

Uno de los referentes del Club Cordillera del Viento, Juan Carlos Llambí, envió días atrás una carta casi desperada al gobernador neuquino, Jorge Sapag, pidiéndole que resuelvan qué van a hacer con el Wayle.

El pedido general es que se haga un llamado a una licitación nacional e internacional para que eventuales inversores se hagan cargo del futuro centro de esquí.
No es corto ni fácil el camino. Pero es una alternativa. Cuesta el desarrollo de la industria invernal en esta provincia, donde por muchos años hubo esfuerzos humanos dilapidados por políticos voraces de turno, a quienes los único que les interesaba de la nieve era obtener pases gratis para ellos, sus familiares y sus amigotes.

Ojalá que las cosas cambien, que se apueste al desarrollo turístico invernal de verdad y serio; y que desaparezca esa sensación de desazón y amargura que uno nota en la gente del Club Andino Cordillera del Viento. No se lo merecen. Fueron muchos y duros años de trabajo en medio de tormentas de nieve como para que las desidias les ganen por cansancio. No es justo; ni para ellos ni para los esquiadores de esta provincia.

Mauricio Damián García

(Les dejamos el audio de una nota que le hicieron esta tarde a Llambí en Radio y Televisión de Neuquén, gentileza del programa Reflejo Neuquino de nuestro colega y amigo Edgardo Pino)