Pues bien, esa misma chica -más bien, grande; 30 años- se convirtió ayer en Francia en pister 1er.grau francés; es decir, en pistera o patrullera francesa, tras dos temporadas de arduo curso y de estudio.

Muchas nevadas y cornisas cayeron para llegar a este 2009 con aroma a vino francés: sus inicios como ayudante adolescente en el Club Lácar de San Martín de los Andes con el gallego Lorenzo, sus primeros cursos en Chile, sus temporadas en Chapelco, Cerro Bayo, los últimos años en Catedral, el susto que nos hizo pegar cuando se le nubló todo y se reventó contra la nieve en la parte más alta de Las Leñas -entre otros varias heridas de guerra, a decir verdad: dedos fisurados, golpes en la cabeza, costillas fracturadas-.
Muchos años de esfuerzo que se notan más allá de cualquier diploma en idioma extranjero.
Debe de faltarle poco a la temporada europea para que Sole regrese a la Argentina, y así poder darle un abrazo como la gente. Pero mientras tanto y a la distancia: ¡¡¡¡Felicitaciones, Sole!!!!. Te queremos mucho. Los tres.
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