Es cortita como puntín de porcino, pero llenadora como... bueno, digamos que estimula y sienta bien. Ideal para escucharla tomándose una cervecita en Pradera del Puma o en lo que quedó del parador de Nubes (humor negro... ¡y blanco!). Viene bien para oírla mientras se descansa el cuerpo y uno está al cuete como timbre de nicho y fresco como huevo de oso polar. Cuando quieran, en definitiva.
En realidad, lo del nicho tiene que ver con el pobre Stevie Ray Vaughan hace rato que está muerto. Y desde hace un tiempo (largo) a esta parte, es como que ya pocos pasan y/o escuchan al muchacho en cuestión.
La canción es póstuma. No, no es que SRV regresó de entre los muertos, sino que el disco lo editaron (delicias del márketing) no demasiado después del accidente. Cómo será de oportunista que se llama "The sky is crying". Y obvio: vendió a lo loco.
La pequeña gema en guitarra acústica que les dejamos es la que cierra el disco. Se llama Life by the drop. Esperamos que les guste tanto como a nosotros.
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